Última actualización 2022/03/23

Disciplina Sin Lágrimas Resumen

Calma el caos y nutre el desarrollo mental de tu hijo

Daniel J. Siegel

Disciplina sin lágrimas
31 min
twitter
Descripción
La disciplina efectiva se consigue cuando los padres adoptan un enfoque libre de dramatismo en lugar de castigar y amenazar a sus hijos. Este libro ofrece un método sencillo y práctico para ayudar a nuestros hijos a fortalecer su cerebro y desarrollar su inteligencia emocional. Además de ayudarnos a criar niños sanos y felices, el libro también contribuye a reforzar el vínculo entre padres e hijos.
Autor : Daniel J. Siegel
Daniel J. Siegel es un autor de renombre internacional, educador y psiquiatra infantil. También es el fundador y director ejecutivo del Mindsight Institute. El Dr. Siegel ha dado conferencias en muchos países del mundo y ha dictado seminarios para una gran variedad de profesionales. Tina Payne Bryson es psicoterapeuta de niños y adolescentes, además es la directora de educación para padres del Mindsight Institute y experta en educación infantil. Junto con el Dr. Siegel, es coautora del libro El cerebro del niño.
Introducción | Capítulo 1
Hola, te damos la bienvenida a Bookey. Hoy descubriremos el libro Disciplina sin lágrimas: Una guía imprescindible para calmar el caos y nutrir el desarrollo mental de tu hijo. Criar a un niño es una de las tareas más difíciles que existen. ¿Te preocupas constantemente por cómo evitar que tus hijos se peleen entre sí? ¿Sientes que no puedes comunicarte con ellos sobre sus errores? Tal vez quieras que no se porten mal, pero te preocupa que puedas dañar la relación padre-hijo. Así que intentas controlar tu carácter y disciplinarlos con cuidado, pero parece que no funciona. Si te preocupa alguna de estas cosas, ten por seguro que el libro Disciplina sin lágrimas puede ayudarte a encontrar una solución. Desde que se publicó por primera vez, Disciplina sin Lágrimas ha sido aclamado por padres de todo el mundo, quienes se han convertido en fans del libro. En él se relaciona la disciplina de los padres con el desarrollo neurológico del cerebro y se ofrece una forma sencilla y práctica de ayudar a los niños a fortalecer su cerebro y mejorar su inteligencia emocional. Es decir, no solo capacita a los padres para fomentar una mejor toma de decisiones y autocontrol en sus hijos, sino que también ayuda a fortalecer la relación entre padres e hijos. Disciplina sin lágrimas está escrito por Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson. El Dr. Siegel es un autor de renombre mundial, educador premiado y psiquiatra infantil. Es el fundador y director ejecutivo del Instituto Mindsight. Ha escrito muchos libros sobre la ciencia del cerebro, la psicoterapia y la educación infantil, entre ellos Mindsight: La nueva ciencia de la transformación personal y el best-seller internacional El cerebro del niño: 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en desarrollo de tu hijo. Ha dado conferencias en muchos países del mundo y ha dictado seminarios para una gran variedad de profesionales. La Dra. Bryson es psicoterapeuta de niños y adolescentes, así como directora de educación para padres del Instituto Mindsight y experta en educación infantil. Es coautora, junto con el Dr. Siegel, del libro El cerebro del niño. También ha dirigido varias conferencias y seminarios para padres, profesionales de la educación y médicos de todo el mundo. En este Bookey, dividiremos el libro en tres partes: Primera parte: La importancia de la disciplina sin lágrimas. Segunda parte: El primer paso para una la disciplina sin lágrimas: Establecer una conexión. Tercera parte: Una estrategia para la disciplina sin lágrimas: La reorientación.
Disciplina sin lágrimas | Mapa mental
Ampliar la imagen
La importancia de la disciplina sin lágrimas | Capítulo 2
¿Por qué es importante disciplinar sin lágrimas? Para responder a esta pregunta, veamos un ejemplo. Tu hijo de cuatro años está molesto porque estás demasiado ocupado respondiendo correos electrónicos para jugar con él, así que te pega en la espalda. ¿Qué harías en una situación así? La mayoría de los padres podrían agarrar al niño y regañarle por golpear a los demás, y luego castigarlo usando un "tiempo fuera". Durante este tiempo, el niño podría dejar de golpear por miedo a ser castigado, pero después, volvería a su antiguo comportamiento. Esto es porque todavía no entiende por qué está mal pegar a los demás. Por lo tanto, este tipo de disciplina no solo no trata las causas del mal comportamiento, sino que también daña la relación entre padres e hijos. Hay muchos casos similares en la vida real. Cuando se trata de disciplinar a los niños, a los padres les gusta regañar, amenazar o castigar para que sus hijos obedezcan. Pero realmente, la palabra "disciplina" viene del latín disciplina, que significa "enseñar" o "entrenar". Por ende, el propósito final de la disciplina no es hacer que los niños obedezcan mediante el castigo, sino enseñarles a lidiar con sus propios problemas y ayudarles a aprender y crecer. En este momento, es posible que te preguntes: si el castigo no es un buen método de disciplina, ¿qué pueden hacer los padres para que sus hijos obedezcan y hagan lo correcto, para que desarrollen su sentido de la moralidad y el autocontrol, y para que adquieran las habilidades necesarias que les permitan enfrentarse a todo tipo de situaciones? Este libro ofrece una respuesta clara a esta pregunta: la disciplina sin lágrimas puede ayudar a los padres a conseguir todos estos objetivos. En primer lugar, es importante señalar en qué se diferencia la disciplina sin lágrimas de la disciplina tradicional. La primera exige a los padres que consideren sus propias acciones con un objetivo en mente, en vez de limitarse a reaccionar sin pensar. En pocas palabras, cuando los niños se portan mal, los padres deben controlar primero su propio estado de ánimo y pensar antes de actuar. Volviendo a la situación anterior, cuando tu hijo te pegue, no te apresures a reaccionar. En cambio, puedes intentar hacerte tres preguntas. En primer lugar, ¿por qué ha actuado así mi hijo? Quizá te haya pegado porque le estabas ignorando y quería llamar tu atención. En segundo lugar, ¿qué es lo que quiero enseñarle? Queremos enseñarle que hay mejores formas de llamar la atención que usando la fuerza física. Y tercero, ¿cuál es la mejor manera de enseñarle esta lección? Puedes acércatele y validar sus sentimientos primero. Cuando se haya calmado, puedes explicarle que está mal pegar a los demás y enseñarle a expresarse cuando quiera tu atención. Este tipo de respuesta implica una retroalimentación específica y delicada; no solo puede corregir el mal comportamiento del niño, sino que también puede fortalecer el vínculo padre-hijo. De hecho, durante este proceso, estamos ayudando a nuestros hijos a mejorar su capacidad de decisión y autocontrol, desarrollando su cerebro, lo que les permite desenvolverse mejor en la vida. La clave de todo esto reside en las tres características básicas del cerebro. Lo primero es que el cerebro se transforma. Nuestro cerebro se divide en dos partes: el cerebro superior y el cerebro inferior. El cerebro inferior es responsable de las actividades neuronales y emocionales más básicas, como las emociones fuertes, los instintos, como la protección de nuestras crías, y funciones básicas como la respiración, la regulación de los ciclos de sueño y vigilia y la digestión. El cerebro superior, en cambio, es responsable de los pensamientos más complejos, las emociones y las habilidades sociales. Todos queremos que nuestros hijos tengan un cerebro superior bien desarrollado, pero esta parte del cerebro no deja de crecer sino hasta los 25 años. Esto quiere decir que los cerebros de los niños más pequeños aún no han madurado del todo, y muchos de los motivos e intenciones que hay detrás de sus acciones no están del todo claros. En muchos casos, no es que no quieran hacer las cosas bien, sino que todavía no tienen esa capacidad. En segundo lugar, el cerebro es transformable. Nuestro cerebro puede sufrir cambios biológicos y físicos como resultado de nuestras experiencias, por lo que puede ser moldeado. En efecto, cuando respondemos a nuestras experiencias personales, nuestras neuronas se activan y forman conexiones entre sí como una red. Así que si un niño tiene experiencias negativas a causa de profesores estrictos, exámenes constantes y estrés, el cerebro creará conexiones que le impedirán experimentar el placer de aprender, lo que a su vez afectará su actitud hacia los exámenes. En otras palabras, las experiencias pueden cambiar la estructura del cerebro. Por lo tanto, los padres deben ser conscientes de las experiencias de sus hijos durante el proceso de disciplina, y aprovechar estas preciosas oportunidades para moldear el cerebro. Por último, el cerebro es complejo. Esto significa que diferentes partes del cerebro son responsables de diferentes tareas, y diferentes métodos de disciplina pueden activar diferentes circuitos en el cerebro del niño. Por eso, si utilizamos amenazas y castigos cuando un niño está molesto, se activarán los circuitos defensivos de su cerebro inferior, lo que le hará pelear o huir. Si, por el contrario, adoptamos una actitud respetuosa y comprensiva con él, se activarán sus circuitos cerebrales superiores, y se calmará y obedecerá. Por lo tanto, durante el proceso de disciplina, debemos movilizar las capacidades de integración de su cerebro. Esto le permite ejercitar y fortalecer su cerebro superior, que establecerá conexiones y cooperará con su cerebro inferior. Ahora que entendemos las tres características del cerebro, veamos cómo la disciplina sin lágrimas utiliza la conexión y la redirección para mejorar la inteligencia emocional de nuestros hijos. En primer lugar, la disciplina sin lágrimas puede reforzar las conexiones neuronales entre el cerebro de arriba y el de abajo. Estas conexiones intervienen en el desarrollo de la percepción personal, la toma de decisiones y la empatía. Cuando establecemos conexiones emocionales con un niño y empatizamos con sus sentimientos, estamos ayudando a la integración de su cerebro, permitiendo que las neuronas del cerebro de arriba se comuniquen con el de abajo y supriman los impulsos primitivos. Al hacerlo, no solo calmamos al niño, sino que le enseñamos a empatizar con los demás. Además, cuando los padres redirigen a sus hijos estableciendo límites, ayudan al niño a desarrollar su sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso autónomo, en su rama simpática, es como un "acelerador"; nos hace reaccionar a los impulsos y a las situaciones con gusto. La otra parte es la rama parasimpática, que sirve de "freno" al sistema y nos permite detener y regular nuestros impulsos. Cuando los padres establecen límites, están enseñando a los niños a reconocer cuándo deben "pisar el freno". Mantener un buen equilibrio entre "acelerar" y "frenar" puede permitir a los niños aprender a regular sus propias emociones, mejorando así rápidamente su sentido del autocontrol. Con esto concluye la primera parte: La importancia de la disciplina sin lágrimas. Hagamos ahora un repaso de lo que hemos aprendido. La disciplina sin lágrimas permite a los padres responder a sus hijos de forma más específica. Basada en las características del cerebro, no solo ayuda a los niños a desarrollar su cerebro, sino que también mejora su inteligencia emocional a través de la conexión y la redirección.
El primer paso para una disciplina sin lágrimas: Establecer una conexión | Capítulo 3
Cada niño es único, y ningún método de disciplina sirve para todos los niños en todas las situaciones. Sin embargo, hay un principio que se ajusta a todos los tipos de comunicación: si queremos disciplinar a un niño correctamente, primero debemos entablar una conexión con él. Cuando los niños están molestos, suele ser difícil que escuchen a sus padres. En estos casos, si los calmamos primero, podrán escucharnos y cambiar su propio comportamiento según lo que les digamos. Establecer una conexión es la clave para calmar a un niño enfadado. De hecho, el beneficio más evidente de establecer una conexión es que hace que el niño pase de la reactividad a la receptividad. Los niños suelen cometer errores porque todavía no tienen la capacidad de controlarlo todo. Sus comportamientos "fuera de control" en realidad son un mensaje de que necesitan ayuda. En ese momento, conectar con el niño le hará sentir que sus deseos fueron escuchados. Así podrá sentir el amor, la compañía y la aceptación de los padres, movilizando la parte superior de su cerebro y ayudándoles a calmarse y a escuchar la orientación de los padres. Otro beneficio de la conexión es que profundiza la relación con tu hijo. Hay que reconocer que en muchas ocasiones es difícil mantener la calma cuando nuestros hijos cometen errores. Sin embargo, si nos esforzamos por conectar con ellos y transmitirles el mensaje de que seguiremos brindándoles amor incondicional, consuelo y apoyo incluso cuando no aprobemos su comportamiento, profundizaremos nuestro vínculo con ellos y les enseñaremos a amar a los demás. A estas alturas, puede que te preguntes: ¿estaré malcriando a mi hijo si siempre intento conectar con él cuando se porta mal? No te preocupes; hay algunas diferencias importantes entre conectar y malcriar. La mala educación ocurre cuando los padres u otras personas que cuidan al niño construyen su mundo de tal manera que el niño siente que tiene derecho a salirse con la suya, a obtener exactamente lo que quiere cuando lo quiere, y a que todo le resulte fácil y sencillo. Comprarle un montón de regalos, gastar mucho dinero en él o elogiarle en exceso son ejemplos de comportamiento de malacrianza. Esto debilita las habilidades de afrontamiento del niño. De hecho, no solo le resultará difícil experimentar cualquier sensación de logro o alegría, sino que también perderá la confianza en sí mismo, la competitividad y la capacidad de manejar las desgracias. En cambio, la conexión consiste en pasar por momentos difíciles con nuestros hijos y fomentar la relación con ellos. A través de estas experiencias, hacemos que nuestros hijos sientan nuestro amor y cariño, y que comprendan que haremos todo lo posible por satisfacer sus necesidades y estar ahí para ellos. En otras palabras, no debemos darles ciegamente a nuestros hijos todo lo que quieren y protegerlos de todos los problemas y el dolor. Por el contrario, debemos brindarles amor, cuidado y el tiempo y la atención necesarios para que aprendan a
Instala la App Bookey para desbloquear todo el texto y el audio
¿Por qué Bookey?
22 mil comentarios de usuarios satisfechos

93%de los miembros de Bookey leen mucho más que antes

91%de los miembros de Bookey leen mucho más que antes

88%han realizado cambios positivos en su vida
( Basado en encuesta a usuarios )
Instalar Ahora
Una estrategia para la disciplina sin lágrimas: La reorientación | Capítulo 4
Después de establecer la conexión, ¿cómo podemos dominar a un niño rebelde y poco cooperativo? En este caso hay que redirigir. Mientras que la conexión se centra más en el objetivo a corto plazo de hacer que el niño coopere en el momento, la reorientación es la clave para lograr el objetivo a largo plazo de desarrollar el cerebro. Ahora bien, hay que seguir dos principios a la hora de redirigir. En primer lugar, hay que esperar a que el niño esté preparado. Cuando un niño pierde el control y se comporta mal, su cerebro suele estar en un estado de confusión total, y puede ser muy difícil para él tomar medidas racionales o aceptar nuestras intervenciones en ese momento. Por lo tanto, debemos esperar a que se calmen de nuevo antes de redirigirlos. Durante este proceso, podemos preguntarnos: " ¿Estará mi hijo preparado? ¿Estará preparado para escuchar, aprender y comprender? ¿Estoy yo preparado?". Si la respuesta a todas estas preguntas es "sí", entonces podemos empezar a redirigir. De lo contrario, debemos ser pacientes y esperar hasta que ambas partes estén preparadas; esto permitirá que la reorientación sea más eficaz. En segundo lugar, debemos ser constantes, pero no inflexibles. Como muchos padres han señalado, debemos seguir unos principios coherentes a la hora de disciplinar a nuestros hijos: por ejemplo, establecer una hora fija para acostarse, no comer comida chatarra, no ver la televisión, entre otros. Sin embargo, algunos padres llevan esa constancia al extremo y acaban siendo demasiado estrictos. La constancia hace que el niño se sienta seguro y protegido; les permite saber qué pueden esperar el uno del otro. Aunque la rigidez es una forma de constancia, es inflexible y no se adapta al crecimiento y desarrollo del niño. Durante el proceso de disciplina, debemos evitar que la constancia se convierta en rigidez. Para ello, debemos tener claro en qué podemos ceder y en qué no. Dejar que un niño en edad escolar vaya a nadar sin supervisión es una cuestión de seguridad personal y no se puede permitir. Por otro lado, hay algunas situaciones en las que podemos hacer la vista gorda ante el comportamiento del niño. Por ejemplo, si tu hija te prometió terminar sus tareas antes de la cena, pero sus abuelos acaban de salir con ella; en este caso, está bien ceder, hablar con tu hija y llegar juntas a un nuevo acuerdo. En cualquier caso, hay que ser coherente y mantener un cierto grado de flexibilidad durante el proceso de disciplina. Teniendo en cuenta los dos principios anteriores, veamos ahora los tres resultados que podemos esperar cuando redirigimos. El primer resultado es que ayuda a los niños a desarrollar una visión personal. Cuando un niño se porta mal, podemos hacerle reconocer y reflexionar sobre sus propias emociones y actuar en consecuencia. Este proceso no solo ayuda a desarrollar su capacidad de visión personal, sino que también profundiza en su autoconocimiento, permitiéndole afrontar todo tipo de retos de forma más inteligente
Instala la App Bookey para desbloquear todo el texto y el audio
¿Qué tenemos?
1000 + Títulos ,   80 + Temas
1000 + Títulos, 80 + Temas
7+ nuevos bookeys añadidos semanalmente
7 + nuevos bookeys añadidos semanalmente
Ideas de las novelas clásicas
Ideas de las novelas clásicas
Instalar Ahora
Disciplina sin lágrimas Reseña | Capítulo 5
Hasta aquí llegamos hoy con nuestro Bookey: Disciplina sin lágrimas. Ahora haremos un breve repaso. En la primera parte, hablamos de la importancia de la disciplina sin lágrimas, que permite a los padres dar respuestas más específicas a sus hijos. Este método ayuda a los niños a desarrollar sus cerebros, basándose en las tres características básicas del mismo. También mejora su inteligencia emocional a través de la conexión y la reorientación. En la segunda parte, explicamos el primer paso para establecer la disciplina sin lágrimas: establecer una conexión. Esto no solo hace que los niños sean más receptivos a las indicaciones de sus padres, sino que también ayuda a desarrollar el cerebro y fortalecer la relación entre padres e hijos. Conectar no es lo mismo que mimar, y hay algunos principios y estrategias clave que pueden permitirnos establecer mejores conexiones. En la tercera y última parte, analizamos una estrategia de disciplina sin lágrimas: la reorientación. Hablamos de los principios de la reorientación, así como de los tres resultados que podemos esperar de ella. Para ayudar a los padres a redirigir mejor a sus hijos, también abordamos una serie de estrategias prácticas. En resumen, una disciplina efectiva no se consigue con castigos o amenazas. Por el contrario, los padres deben adoptar un método sin lágrimas. Conectando y redirigiendo continuamente, podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar su cerebro, su autocontrol y su capacidad para tomar decisiones, y a enfrentarse con mayor eficacia a los retos de la vida. Hasta aquí el contenido de hoy; ¡hasta la próxima!
Disciplina sin lágrimas | 3min IdeasClips
Conocimiento concentrado para acelerar tu progreso de lectura
Disciplina sin lágrimas | Prueba y cuestionario
La disciplina sin lágrimas exige que los padres piensen constantemente en sus propios actos, y no se limiten a reaccionar por impulso.
El cerebro puede sufrir cambios biológicos y físicos según nuestras experiencias, lo que indica que es transformable.
Establecer una conexión con el niño es el primer paso para llevar adelante una disciplina sin lágrimas.
La estrategia para establecer una conexión es confortar, validar, escuchar y reflexionar.
Dos principios necesarios para conectar son esperar hasta que el niño esté preparado y ser constante pero no inflexible.
No tienes que quedarte atrapado en una experiencia negativa. No tienes que ser una víctima de los eventos externos, o de las emociones internas. Puedes usar tu mente para hacerte cargo de cómo te sientes y cómo actúas.
Compromete, no enfurece.
La curiosidad es la piedra angular de una disciplina eficaz.
Di que sí a los sentimientos, aunque digas que no al comportamiento.
Los niños tienen que entender cómo funciona el mundo: qué está permitido y qué no.
Para un niño o un adulto, es extremadamente poderoso escuchar a alguien decir: "Te entiendo. Te entiendo. Entiendo por qué te sientes así". Este tipo de empatía nos desarma.
Nos vemos atrapados en luchas de poder. Cuando nuestros hijos se sienten acorralados, instintivamente se defienden o se cierran totalmente.
Libros como Disciplina sin lágrimas
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero ¿qué tipo de educación es precisamente la mejor para ellos? y ¿qué tipo de educación se ajusta a sus etapas de desarrollo? A través de este libro, María Montessori, la fundadora del mundialmente conocido "Método Montessori", nos ayuda a comprender que el crecimiento de un niño proviene de su orden interno. Por esa razón, ellos saben cómo guiarse para explorar y adaptarse al entorno externo y, si se les permite crecer de forma independiente, se convertirán en niños sanos de cuerpo y mente.
El diálogo con los padres en la temprana infancia es mucho más importante que asistir a clases caras de educación infantil. La brecha de las 30 millones de palabras, que se refiere a la diferencia entre la cantidad de palabras a las que están expuestos los niños de diferentes entornos cuando son pequeños, afecta en gran medida a los niños tanto física como psicológicamente. A lo largo de este libro, verá la importancia de conversar con los hijos. También aprenderá “Las 3 C” para comunicarse científicamente con los niños: congeniar, conversar más y compartir turnos para hablar. Esta es una introducción a la educación de idiomas para padres novatos.
Ya sea como padres o como profesores, todos nos hemos tenido que enfrentar en algún momento a problemas de crianza que nos han hecho sentir impotentes y frustrados. A veces, no sabemos cómo hacer para que los niños coman a tiempo, guarden sus juguetes, hagan las tareas asignadas o cumplan con sus deberes. En este libro, titulado Disciplina positiva, encontraremos la "regla de oro" de la crianza. Aquí hablaremos de estrategias que nos ayudarán a hallar un enfoque eficaz y duradero de un estilo de crianza que no sea ni punitivo ni indulgente. También hablaremos de aquellas estrategias que ayudan a los niños a desarrollar competencias básicas y un buen carácter del que se beneficiarán durante toda su vida.
Con un énfasis cada vez mayor en la educación, los profesores buscan formas de mejorar la calidad de la enseñanza y de mejorar la relación profesor-alumno. Enseñando con imaginación ofrece consejos para ahorrar tiempo y energía a los profesores, soluciones para vencer la oposición de los estudiantes a la escolarización, instrucciones para mantener el orden en las clases, etc. Como manual para la formación de profesores de colegios de educación primaria y de institutos de educación secundaria estadounidenses, influirá positivamente en su estilo e ideas sobre la enseñanza para hacer que los milagros sucedan junto a sus estudiantes.

Educar jugando

Lawrence J. Cohen

¿Te preocupas demasiado por la educación de tu hijo? ¿Has probado varios métodos educativos que no han funcionado como esperabas? ¿Alguna vez te has preguntado por qué, en ocasiones, se portan tan mal? ¿Por qué siguen portándose mal aun cuando te has esforzado por corregir su comportamiento? Es posible que sea porque no has empleado el método más eficaz para educar a los niños: utilizar el juego como forma de enseñanza. Una de las formas más eficaces de motivar a los niños para que se comuniquen y aprendan es jugar con ellos. Si ya has recurrido a este método y no has visto ningún resultado, tal vez este libro pueda ayudarte.
Interfaz de la aplicación